La siguiente es una semblanza de la trayectoria de la ex presidenta del CNE, Tibisay Lucena; personalidad firme, infatigable voluntad de trabajo, inteligencia, emotividad e ingenio artístico se conjugaron en la figura de esta barquisimetana, cuya destacada trayectoria pública la convierte en una de las personalidades centrales de la vida nacional en las últimas tres décadas.

Tibisay Lucena Ramírez, nacida en Barquisimeto el 26 de abril de 1959, fue una figura que descolló por mérito propio en los distintos ámbitos donde le tocó desenvolverse. Aventajada estudiante de la Universidad Central de Venezuela, de cuya Escuela de Sociología egresó con honores a finales de los años ochenta. Cursó posteriormente estudios de maestría y doctorado en la Nueva Escuela de Investigaciones Sociales, de Nueva York. Tuvo una formación avanzada en estudios musicales, siendo una reconocida ejecutante del violonchelo, integrante de las primeras camadas del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (El Sistema).

Formó parte, en calidad de asesora, de la Comisión Organizadora del Poder Electoral en 1997. Fue designada por la Asamblea Nacional como rectora suplente del Consejo Nacional Electoral al año siguiente.

En 2006, ya como rectora electoral, asume la Presidencia del Consejo Nacional Electoral, cargo desde el cual impulsaría la modernización del organismo, que en pocos años pasó a convertirse en referente mundial en la organización de eventos comiciales y evolucionó de forma ostensible en la ejecución de todos los procesos y fases implícitos en esta actividad. En el año 2014, fue designada por el Parlamento nacional para llevar las riendas del Poder Electoral por otros siete años.

Fue objetivo central de su labor a lo interno del organismo comicial la promoción de la cultura, tanto interna como nacional y universal. Similar énfasis puso en la formación integral del talento humano. Muestra de ello es el decidido impulso que dio a la creación y consolidación del Instituto de Altos Estudios del Poder Electoral (IAEPE), brazo académico de este poder público.

Actuó como ponente y conferencista en múltiples foros y eventos académicos internacionales y, ejerció como catedrática del programa de especialización en Sistemas Electorales dictado en la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos de la UCV.

Fue una firme defensora de los derechos sociales y políticos de las mujeres. Durante su gestión como presidenta de la institución electoral venezolana, impulsó permanentemente las medidas de paridad y alternabilidad de género en las postulaciones a cargos de elección popular, que fueron siempre puestas en práctica en los procesos comiciales.

La autonomía y el carácter soberano del Poder Electoral, libre de cualquier sujeción o tutelaje externo o supranacional, constituyeron otros de los principios que defendió a ultranza y con indeclinable decisión. Las continuas turbulencias políticas, los ataques a la institución que dirigió por 14 años, que se aunaron con la inquina y la mezquindad en contra de su propia persona, no hicieron mella en esta mujer de menuda figura, pero desbordante de personalidad, entereza e ingenio.

Cerrado su ciclo al frente del Poder Electoral, cumplió una breve pero fructífera etapa como rectora de la Universidad Experimental de las Artes (Uneartes), tránsito que debió depararle no pocas satisfacciones a alguien cuya vena artística afloraba de modo recurrente y la definía con autenticidad.

La última responsabilidad que cumplió, fue al frente del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.

Su ejemplo como servidora pública y ciudadana de recto proceder y firmes convicciones tiene el sello de la perdurabilidad.